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Mi historia de sanaci❤n.

Actualizado: 28 ago 2020


¿Cómo nos llega la sanación después de haber sufrido el huracán de haber sido pareja de un psicópata?


Cada uno de nosotros es un individuo irrepetible y por lo tanto para cada persona hay un método que llegado el momento encajará a la perfección.

Es cierto que el duelo de cortar con una relación tóxica puede compararse a la pérdida física de un ser querido; el dolor, la decepción, la humillación, la incapacidad de entender lo que nos pasa; es un sentimiento devastador y muy solitario.

Para el psicópata la recuperación es inmediata, basta que inmediatamente salga a buscar una próxima víctima, o simplemente desenpolve alguna ex, o en la mayoría de los casos se vaya con alguien con quien ya nos estaba triangulando.

Pero nosotros en primer paso tenemos asumir que esto terminó...y reafirmar que es para bien, nunca para mal. Debemos repetirnos que esto será bueno hasta el cansancio...porque nuestra mente no va a querer aceptarlo.

Después, en este largo proceso, debemos rodearnos de amor propio, de actividades que nos gratifiquen, llenarnos de regalos, hacer terapia de ser posible, y aferrarnos a todas las pequeñas cosas lindas que suceden diariamente y antes no teníamos oportunidad de apreciar.


En mi caso personal, Dios me mandó un ángel para que pudiera amar con tanta fuerza que por él sería capaz de recuperarme, ser mi mejor versión y sentir que ya había pagado mi karma.

Siempre he sido una persona agradecida, siento que he logrado muchísimo en mi vida; superando una niñez de muchísimas privaciones . Con esfuerzo y con infinitas gracias crié a mis hijos y les di una vida de la que estamos orgullosos. Y durante toda mi vida me he sentido protegida, como si mis ángeles de la guarda realmente se esforzaron para tenerme a salvo.

Pero el libre albedrío existe y también tengo mis propios errores; y a veces ni la ayuda divina te salva de enamorarte de la persona equivocada.

Cuando mi relación de pareja ya tenía un nivel de toxicidad que mi propia integridad física llegó a estar en peligro; cuando ya no me defendía, cuando ya solo estaba triste o enojada la mayor parte del tiempo; Dios, El Universo, la Divinidad, como queramos llamarlo, me mandó a su Ángel para que me sacara para siempre de la oscuridad.

Cuando nació mi nieto, nunca había sentido una conexión igual, instantáneamente ocupó el lugar más privilegiado en mi vida. En el momento no me di cuenta y de hecho no lo había pensado sino hasta hoy que tiene dos años; pero esa simbiosis que formamos indudablemente me hizo renacer como ser humano. Me hizo replantearme mis creencias y mis prioridades y sobre todo volver a mis verdaderos principios que tantas veces había ignorado para autocomplacerme complaciendo a un psicópata.

Este bebé que me abraza de la nada, que me dice: Hola!!!!! y corre hacia mí con una alegría e inocencia que nunca vi antes; que se duerme ahorcándome con sus bracitos para que esté pegada a él; este bebé es la muestra más grande de que después de grandes tormentas siempre llega la redención de la calma.

Y el cliché de que el amor redime, se convierte en una gran verdad. El amor real, el amor incondicional, el amor divino, ese amor sí que salva, ese amor sí que vale vivirlo...



 
 
 

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