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¿A dónde vamos a parar?


Montevideo, Uruguay, lunes 7 de junio, 2021, mediodía en plena calle …


Bela y su nieto viajaban en transporte colectivo cuando por la ventana vieron a un hombre golpeando fuertemente a una mujer. Había gente en la acera, pero nadie parecía ver lo que sucedía.


Bela contemplaba horrorizada los golpes y la pasividad de los testigos que pasaban por el lugar.



Cuando bajaron del colectivo se dirigió hacia la pareja con su nieto atrás. Increpó al hombre pidiéndole que se detuviera.

Él ni se inmutó y siguió golpeando a la mujer como si estuvieran solos.

Viendo que la mujer tenía la cara deshecha Bela se interpuso entre los dos; sacando fuerzas del abuso que ella misma había sufrido empujó y golpeó al hombre.

Cuando logró separarlos la víctima defendió a su atacante, diciendo que no era su culpa…

Asumiendo ella la culpa y defendiendo al hombre que casi la mata a golpes.


A Bela, sobreviviente de un psicópata, le hervía la sangre, le temblaban las piernas ... Revivió en esos instantes, que parecieron eternos, todos los abusos que ella misma padeció durante años de su propio marido y padre de sus hijas. Pensó en denunciarlo, sabiendo que si la mujer lo defendía no serviría de nada.


Es imperioso tomar conciencia de que todos somos responsables pasiva o activamente. Cortar con la violencia depende del auténtico involucramiento de todos desde el lugar que cada uno ocupa. Todos podemos hacer algo, informarnos, compartir información, educar y sensibilizar a quienes nos rodean es esencial para generar un cambio social impostergable.











 
 
 

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