top of page

Matrimonio en un instante...


Matrimonio en un instante... dolor en un infinito


Nací hace 67 años en una tradicional familia judía de Montevideo. Hija única, con padres omnipresentes; mi papá era dueño de una fábrica y mi mamá estaba en mi casa, como en ese momento se esperaba de las esposas en general.


Estudié abogacía y por contactos y vueltas de la vida me encontré haciendo una carrera diplomática, y de alguna manera viviendo mi sueño de recorrer el mundo. Mi familia estaba orgullosa de mi, y de cierto modo todos querían vivir mi vida.


Durante 41 años esa carrera fue mas que suficiente para mí, nunca me plantee tener novio, mucho menos casarme y tener hijos. A esta altura mi mamá falleció y mi padre, aferrado a su fabrica, también estaba enfermándose.


Me mandaron en comisión a Israel y en una reunión de tantas conocí al amor de mi vida.

Él tenía 35 años, me comentó que trabajaba en la embajada argentina, y que su trabajo era sumamente confidencial debido al reciente atentado a la AMIA, en Buenos Aires. Dijo que su familia le insistía hacia años con que se casara y formara una familia ya que al igual que yo, provenía de una familia de judíos ortodoxos con un linaje rastreable por cientos de años; pero sus obligaciones diplomáticas lo habían demorado. Tenía mucha clase y mucho dinero.


Yo estaba viviendo un sueño; no soy una belleza clásica, soy bastante gordita, baja, con el pelo mas indomable del mundo, y una nariz que mis primos decían era para compartir.

¿Qué puedo decir de Aaron? Era alto, morocho, bien formado, muy educado y un caballero.


Yo iba a estar dos meses en Israel, después volví a Uruguay porque mi papá no estaba bien y mi plan era estar un tiempito con él.

En esos dos meses Aaron me dio todo su tiempo, su atención y su amor. Si al principio no me lo creía, él se encargo de que entrara al sueño y solo me dedicara a soñar con él.

Iba siempre a buscarme en diferentes autos, a buscarme, íbamos a diferentes lugares a comer y a visitar.


Cuando faltaban dos semanas para volverme, fue a mi oficina, a las 10am y me sorprendió con los más hermosos anillos que vi en mi vida: dos aros de oro finísimo, con pequeños diamantes formando nuestras iniciales. Me dijo: "Ahora que te encontré, no volveré a separarme de ti".


Lloré de alegría, de amor, de pasión y acepté encantada su propuesta de casamiento.

Nos casamos en ISRAEL, su familia, algo muy extraño, no pudo acompañarnos, era hijo único y su mamá estaba internada en un centro mental.


Me dijo que él era quien se casaba conmigo y que tendría el tiempo del mundo de conocer a su mamá, a sus tíos y primos que según me comentó eran envidiosos y conflictivos. No me importaba, solo lo quería a él... Me dijo que se iba conmigo a Uruguay, y me pareció tan lindo de su parte... ahora éramos esposos, así que ¿qué mejor lugar para pasar la luna de miel? ¡Tendríamos una gran fiesta de bodas en Uruguay!!


Fuimos preparando todo para viajar, tres días antes llegó muy mal a buscarme, creía que no podría ir a Uruguay conmigo, sus primos le estaban demandando y sus abogados le sugirieron que no tocara ninguna de sus cuentas. Llorando amargamente me dijo que teniendo el dinero del mundo, no podía moverse con la mujer que amaba, por una simple argucia legal.


Soy abogada, quise ayudarlo, tratando de que me explicara en profundidad, pero herí su orgullo masculino al hacerlo… Tuve que pedirle por favor, al otro día, que aceptara mis disculpas, que se olvidara del tema, que yo no era una mujer sin dinero y que ahora todo lo mío al igual que lo suyo sería de ambos. Se enterneció y me dijo que lo pensaría.


Finalmente aceptó con la condición que yo le diera acceso a mis cuentas, para él poder llevar los gastos con regularidad y así devolverme hasta el último peso, Además me pagaría intereses comprándome una hermosa casa que pronto iba a señar en Israel. Amo Israel, así que todo me pareció perfecto.


Su secretaria consiguió los boletos de primera clase y partimos felices hacia Montevideo, donde no veía la hora de presentarles mi hermoso, brillante, sexy y rico marido a mi familia.

Mis tíos me dejaron su apartamento en Punta del Este, Aaron alquiló un hermoso auto y recorrimos todo lo que pudimos en un mes.


Su situación no mejoraba, llamaba una vez por semana a Israel y sus abogados le confirmaban que sus cuentas estaban congeladas. Yo debo decir que tenía bastante dinero, mi trabajo era muy bien pago, prácticamente sin gastos y mi padre me dio la parte de sus negocios que le habían pertenecido a mamá. Yo era solo una parte que no se expresaba en fabrica de mi papa, pero de todos modos tenía el 30% a mi nombre.


Después de ese maravilloso mes, Aaron fue convocado a volver por sus abogados, aparentemente se había llegado a un acuerdo, y todo volvería a la normalidad.

Apronté todo para irnos... Aaron llegó a casa cuando estaba haciendo las maletas y me dijo que hubo un problema en su trabajo, algo muy grave, que se iba solo para poder dedicarse de lleno y que yo fuera más adelante, él me enviaría el pasaje y nos encontraríamos allá.


Yo no quería separarme de él, hacía un mes que nos habíamos casado, quería desesperadamente ir con él. Lloramos ambos, pero él fue muy tierno y me convenció que no era el momento, que disfrutara un poco más a mi padre y después estaríamos juntos para siempre. Se fue; yo estaba muy triste, pero quería aprovechar para comprar cosas para mi nueva casa.


Dos días después que se fue recibí una llamada, era de una empresa de alquiler de autos de lujo muy famosa en Punta del Este. Había un problema con el pago, una de mis tarjetas que fue dejada como garantía, no tenía fondos. Dije que no podía ser, de ninguna manera, pero ellos me demostraron que así era. Debía casi 10000 dólares del alquiler de auto.


Llamé a mi esposo, él estaba muy estresado y ocupado, pero me comentó que había dado de baja esa tarjeta y se había olvidado de decirme, que lo olvidara, él iba a solucionarlo.

No me olvidé, porque no me dejaron hacerlo, seguí recibiendo llamadas y ya no podía encontrar a mi esposo en el teléfono de su oficina, ni de su casa…


Fui al banco a retirar dinero para pagar al contado, y mis cuentas estaban vacías.

A esa altura estaba aterrada de lo que estaba sucediendo, al principio pensé que los primos de Aaron me habían embargado también a mí por ser su esposa... pero soy inteligente y soy abogada...eso no podía ser posible.


A la doceava llamada mi esposo tomó el teléfono, me pidió mil disculpas por todas las molestias y me dio el numero de la nueva cuenta que había abierto para nosotros para más seguridad. Corrí al banco, sintiendo en mi interior, por primera vez, que eso era mentira, que había sido engañada y estafada como cualquier abuelita jubilada.


Después un tiovivo: no había cuenta, no había pasaje, no había ningún puesto de trabajo que él ocupara...y desesperada por recuperar mi vida me compré un pasaje a Israel.

Mis tíos quedaron tapando los múltiples agujeros que mi marido había hecho.


En Israel, Aaron había desaparecido. Me quedé con una tía, había pedido licencia en mi trabajo, y me dediqué a rastrearlo, desesperada, hundida, humillada y tan enojada que lo hubiera matado de haber podido.


Llevaba tres meses de casada y un mes más me llevaría el divorcio. La casa que supuestamente había señado ni siquiera estaba en venta, se la había prestado un conocido y él me llevó a recorrerla. Los anillos que valían miles de dólares estaban solo señados. La joyería quería que me los quedara y los pagara en cuotas... les dejé el mío y les insté a buscarlo a él para cobrarle.


Me divorcié yo misma, sin volver a verlo nunca más...hice mil argucias legales para salvar lo poco que me dejó. Con el tiempo fui sanando y recuperándome...pero nunca volví a casarme, nunca volví a confiar en un hombre. Y la verdad nunca pude perdonarlo.


No sé que fue de su vida, cuántas víctimas ha tenido, cuanta gente ha lastimado, no sé quien era…


Solo sé que hizo pedazos mi vida, me convirtió en el hazmerreir y me hizo sentir la mayor humillación de mi vida.


¡Ojalá haya recibido lo que merece!


Comments


bottom of page