El fin de semana del terror: Durmiendo con el enemigo

No estábamos bien... Y cuando lo estábamos ?.

Pero uno de los dos tuvo la idea de irnos el fin de semana a Punta del Diablo.

Una vez ya habíamos ido a esas cabañas, a él le quedó el contacto y finalmente decidimos pasar un fin de semana tranquilos en pareja...

Al principio todo bien, viaje tranquilo, visita obligatoria al Chuy para comprar las provisiones del fin de semana, surtido para llevarnos y algún gusto en el free shop.

Ya acomodados en la cabaña, en determinado momento tomo mi teléfono y no pudo entrar como siempre lo hacía...yo había cambiado la contraseña. ¿Cuál era la finalidad...? La había cambiado hacía un par de días, en un ataque de liberalismo y de dignidad... mi argumento era que si él no compartía conmigo su contraseña ni su teléfono, no era justo que él sí tuviera acceso a mi celular cuando se le diera la gana.

Empezó a transformarse, mientras yo me reía nerviosa...me increpaba si tenía algo que ocultar, que cuál era el misterio.? Yo le dije que ninguno, que si quería ver mi teléfono yo con gusto le ponía la contraseña, pero que no se la diría.

La discusión empezó a subir de tono...de tarada pasaba a puta enferma y cada vez se iba poniendo mas agresivo..

Intenté ir hacia la puerta, preocupada por los empujones y los manotazos...pero él se puso adelante.

Era octubre...en Punta del Diablo no había casi nadie ese fin de semana. En un momento logré escapar hacia afuera y grité pidiendo auxilio... nadie oía... él me alcanzó y tirándome del pelo me arrastró hacia adentro de nuevo.

Después no sé que pasó, solo flashes me quedaron: recuerdo estar vestida sentada en el inodoro mientras el agua de la ducha corría fría por mi cabeza...recuerdo haber visto dos remeras blancas que había comprado en el Chuy todas sucias y manchadas en el piso...lo recuerdo a él encima mío, diciéndome que reaccionara, que me amaba, que lo estaba asustando....recuerdo ver todo como una película, sentir los ojos ardientes de llorar, dolor en el pecho y en la cabeza donde literalmente me arrancó cabello...

Recuerdo que él pedía perdón...y decía que yo sacaba lo peor de él... recuerdo que en un momento recuperé la lucidez, y tenia tanto miedo que me matara que cuando dijo que se iba sentí alivio.

Se iba y volvía de nuevo a la discusión, y yo sentía que mi cabeza y mi corazón iban a explotar si no dejaba de gritar.

Finalmente tomo los víveres que habíamos comprado, los cargó en su auto, cargó sus cosas y dijo que se iba.

Quedé sola, cuando finalmente se fue; en la cama mojada, y la cabaña llena de mosquitos, agotada y magullada, pero aliviada...

Pero lo bueno nunca dura...me llamaba al teléfono insistentemente y yo no lo atendía... hasta que me percaté que si seguía sin atenderlo, quizá volvería.

Cuando lo escuche, me dijo que estaba cerca pero pensaba suicidarse en el mar... Sabía que era manipulación, ya me lo había hecho antes, así que le dije que hiciera lo que quisiera y apagué el celular.

Tenia que avisar a casa que fueran a buscarme al día siguiente, lo hice y me preparé a tratar de dormir aunque fuera un par de horas.

Vi los faros del auto y el corazón se me paró...estaba de vuelta en la cabaña!!!

Traté de evitar que entrara, que se fuera, pero la puerta estaba rota del altercado anterior...y ahí empezó otra vez..te amo, perdóname, es tu culpa,...y otra vez empezaba a irritarse, se calmaba, me amenazaba, me pedía perdón...en un círculo interminable...

Quería tener sexo, y yo era una muñeca rota encima de la cama...las lágrimas me corrían en silencio, y en algún momento paró...

La frase durmiendo con el enemigo.. nunca más exacta, se quedó ahí abrazándome y mirándome fijamente el resto de la noche ... Al otro día, temprano volvimos a casa, hablando poco del tema y yo con la convicción absoluta que tenia que dejarlo.

¿Y saben qué?? No lo hice...fue uno de los tantos intentos fallidos.