Del desequilibrio al equilibrio

Cuando intentamos reconstruirnos después de la pérdida, del quiebre del abuso y de la violencia, cuando todo se vino abajo sólo podemos recurrir a la fortaleza del espíritu.

¿Cuánto pesa una pluma?

¿Cuánto pesa una pluma?

Así es el espíritu.

Después de que las partes de nuestros sueños han quedado perdidas, cuando nosotros mismos cuestionamos nuestra vida, cuando juzgamos que no podríamos tener de nuevo una esperanza, al conectarnos con el espíritu todas las partes de nuestra historia, de nuestro Ser, tienen una nueva oportunidad, en un delicado equilibrio.

Con suficiente tiempo, con calma interior, podemos recoger las piezas rotas de nuestros sueños. Podemos volver a ver quienes somos realmente en el corazón y podemos darnos cuenta que aparecen las personas correctas, que encajan perfectamente en nuestra vida; que coinciden con nuestros talentos, con nuestros dones. Agradezco que aparecieras en mi vida, tu testimonio es el mío, me ayuda a transitar este camino hacia la recuperación.

Y así, en un delicado equilibrio, conjugando el tiempo y la voluntad, una a una las piezas de nuestras vidas empiezan a tomar forma. Entre tanto mucha gente se pregunta si seremos capaces de lograrlo… Y nosotros solo sabemos que cuando conectamos con nuestra fuente de amor, todo aquello que quedó postergado, todo aquello que quedó olvidado empieza a retornar a nosotros.

Proyectos, ideales, talentos, capacidades, demandan de nosotros serenidad, haber perdonado, habernos reconciliado. Para mi lo más difícil fue perdonarme por haber tolerado tanto abuso, sé que te pasa igual. Nada es sencillo, pero si tienes la suficiente voluntad nada es imposible, no para ti que una a una comienzas a tomar las piezas de tu vida y a darles un orden en torno a espíritu.

Y así por el camino nos encontramos personas, como tú y como yo, cuya voluntad había menguado, cuyo espíritu había sido quebrantado, y esas personas son espejos para darnos cuenta que todo nos rodea, que todo nos influye, que somos una perfecta sincronía con el Universo.

Y que cuando asumimos la responsabilidad de nuestra propia energía, y cuando levantamos con dignidad nuestro rostro, y cuando somos capaces de creer en nuestros dones, en nuestra esencia, nuestra alma es capaz de sobreponerse a nuestras caídas; a todo aquello que quedó atrás, aquello que dolió.

Con tiempo, cada pieza comienza a tomar su lugar. Y las partes nuestras, aquello que estaba caído y roto ahora es una elevación de nuestro espíritu, el triunfo de nuestra alma. Es la grandeza de nuestro ser. Es poder levantarnos, levantar nuestra mirada y contemplar como todo nuestro ser lentamente entra en una armonía, en una fluidez.

Y comprendemos que la vida todavía tiene mucho por ofrecernos y solicitar de nosotros; y sin embargo ya nuestro enfoque no está en nuestras heridas, ni siquiera en nuestras cicatrices, solo en espíritu. Solo en aquello que le da equilibrio, sentido, significado. Ese equilibrio espiritual a partir del cual podemos experimentar la armonía del ser, nuestros cuatro imperios: mental, emocional, salud y espiritual, en una perfecta sincronía, en una perfecta fluidez.

Y aquellos que no dábamos fe de que podríamos lograrlo, aquellos que pensábamos que no teníamos esperanza, quedamos atónitos al ver que una pieza fundamental, llamada propósito de vida era necesaria, única para poder sostener el resurgimiento, la esperanza, la nueva vida. Estamos cerrando un ciclo, levantándonos. El dolor ya no nos pertenece.

Tu recuperación es parte de la mía, me ayuda, me hace más fuerte y sensible al mismo tiempo. Nada de esto hubiese sido posible sin la fuerza de nuestro espíritu, sin aquello que es esencial. Retiras al Espíritu y todo carece de sentido y de significado. Esa es tu historia, esta es mi historia. Adelante, aún tenemos tiempo. Gracias, gracias, gracias...

- William Fernando Sánchez (adaptación)

El video de Miyoko Shida es una metáfora de tu vida y de mi vida, nos da una importante lección.Miyoko Shida tiene 52 años, ella ha retomado las piezas de sus sueños perdidos, ella levanta su rostro, ella mira con dignidad ...