Carta abierta a DIMOE
- En voz alta
- 15 jun 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 21 oct 2020
Cria. Mayor Nelsa Viscailuz - Directora
Dirección de Monitoreo Electrónico
Vaya mi más sincero reconocimiento a todo el equipo de DIMOE, del Ministerio del Interior.
Por más de un año me sentí cuidada y protegida por DIMOE, gracias a ustedes fui recuperando, de a poco la confianza y la paz en mi vida… Aún cuando cumplen con absoluta responsabilidad y dedicación su trabajo, no sé si todos son conscientes del gran impacto que cada uno de ustedes tiene en la vida de las personas que monitorean, cada vez que nos llaman para darnos indicaciones, por eso van estas líneas de profundo agradecimiento.
Para quienes no conocen DIMOE es la Dirección de Monitoreo Electrónico, en el Ministerio del Interior; se ocupa de monitorear las tobilleras y el cumplimiento de las medidas dispuestas por la Justicia en casos de violencia doméstica y otros.

En abril de 2019 ingresé al programa de protección, las medidas se fueron extendiendo hasta que finalmente, hace una semana, me “desconectaron”. El comienzo fue impactante y muy estresante por todo lo que implica.
En la Comisaría de la Mujer un oficial me explicó el funcionamiento de la tobillera electrónica, que estaría monitoreada permanentemente para garantizar el cumplimiento de las medidas cautelares de no acercamiento y cómo usar el dispositivo. Básicamente un GPS que incluye un botón de pánico y permite comunicación de voz con DIMOE (funciona como un celular). Ese fue durante más de un año nuestro medio de comunicación, y aunque nunca conocí personalmente al equipo de monitoreo sentí su presencia y cuidado permanentemente. El oficial me indicó que mientras durara la protección yo debía ir a todas partes con el dispositivo y su cargador. Por su parte mi ex, estaría obligado a portar permanentemente una tobillera y un dispositivo similar.

La primera vez que sonó el dispositivo entré en pánico, estaba en la playa y no había nadie cerca. Por el mismo aparato me comuniqué con DIMOE, me orientaron y calmaron. A lo largo de un año y pico sonó varias veces, por distintos motivos, y en cada ocasión me guiaron, transmitiendo tranquilidad y seguridad. Aún las veces que tuvieron que enviar un móvil.
Jamás me imaginé que viviría algo así, o que subiría a un patrullero; sin embargo debo decir que todos fueron respetuosos y comprensivos, mostrando disposición y empatía, algo muy necesario en un momento de tanta vulnerabilidad y fragilidad. Antes de ingresar al sistema de protección sentía que la violencia y el acoso, en su infinidad de formas, nunca terminarían, muchas veces pensé que la única salida sería la muerte.
Asumir y denunciar el abuso fue muy difícil; la mayor parte de las veces encontré apoyo y comprensión en la Comisaría, otras no tanto.
La tobillera fue un “bastón” que me permitió retomar mi vida, ahora estoy en proceso de aprender a caminar sin ese apoyo, los primeros días fueron difíciles, en estado de alerta permanente, hoy ya me siento más confiada.
Me consta que todo este mecanismo de protección involucra a muchas personas, a todos y cada uno de ustedes les reitero mi más sincero agradecimiento y enorme reconocimiento por la labor que desarrollan. DIMOE, INMUJERES, los portadores de los equipos, la Comisaría de la Mujer, a todos infinitas gracias!
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